“La destrucción lenta continuó a lo largo del siglo XIX, y es a los comienzos del nuestro, en 1905, cuando Allende Salazar, luego de visitar el monumento, aduce un importante testimonio sobre su progresiva desintegración. Dice el ilustre historiador de arte que cuando Cornide estudió Cabeza de Griego «puede decirse que apenas le faltaba a tal templo más que la techumbre; apreciábase perfectamente la disposición de sus tres naves, conservándose todas las basas (algunas han llegado hasta nuestros días) y trozos de las columnas que las formaban, casi todo el muro exterior y las puertas, entre ellas un importantísimo arco de herradura.»”
JUAN ANTONIO GAYA NUÑO: La arquitectura española en sus monumentos desaparecidos.
lunes, 5 de noviembre de 2012
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