"La ciudad de Toro está recostada al sol en un cerro de escarpadas y encendidas laderas, desde el que se atalaya una vega feraz, que fue antaño pardo sequedal. El Duero viene cansado de tanto retorcerse por los meandros y el puente romano se alabea en las reconstrucciones góticas. Desde el mirador de la Colegiata se ve un terroso panorama de tejados árabes, una torre de aguas que altera la visión arcaica del castillo y en direcciones oblicuas los campanarios del Reloj y de San Julián de los Caballeros, aquél barroco y éste de piedra blancuzca y medieval. Toro presenta en su dilatado circundo dos paisajes encontrados: la llanura paniega y la vega verde. La vega toresana está regada por dos canales que discurren cada uno por su orilla."
ÁLVARO RUIBAL: León. Palencia, León, Zamora, Salamanca, Valladolid.
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