lunes, 11 de junio de 2012
BRUJAS X
"Pues bien, hoy, Brujas, como estructura urbana permanece intacta; continúa siendo lo que fue. Brujas va a adentrarse en el siglo XXI sin la menor traición por parte de sus ediles. Para un español tal corrección, tal respeto, no sólo es edificante, sino increíble. Mas a Brujas, como sucede en cierta medida con Ávila o Toledo, le resta carácter el turismo, la invasión de turistas. Ésta es ciudad para ser recorrida en soledad y silencio, acompasando nuestros pasos a las solemnes campanadas del reloj de la torre del Befroi, que estremecen sus calles y canales de cuarto en cuarto de hora. Porque si, por un lado, la fascinación de Brujas deriva del conjunto, de su armonía urbana, de la uniformidad de sus edificios medievales, las impresiones más vívidas e inolvidables nos las deparan los íntimos y apacibles rincones, como la placita de Huidenvelters, con los relieves elementales de los trabajadores del cuero, o el paseo Dijner, sombreado de tilos, flanqueando un canal que lame los cimientos de las antiguas casitas de los gremios -de ladrillo visto y ennegrecido y pinos tejados rematados en escalera-, tras los cuales se yerguen las torres del Befroi y Notre Dame, para adentrarse, luego, en el patio oscuro y melancólico del Gruuthusmuseum, de ladrillo musgoso y renegrido, cercado de torres y enredaderas."
MIGUEL DELIBES: Dos viajes en automóvil.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Razón total a Delibes.
Qué blancura de mujer, parece que mirara tras una ventana.
Lo hace, mira Brujas a través de la ventana de un comercio. O lo haría si tuviera pupilas.
Publicar un comentario