lunes, 26 de marzo de 2012

SANTA EULALIA DE BÓVEDA I


"Al otro día se vistieron con dudoso colorido, se untaron la cara con un pringue como de ungüento, y se pintaron los ojos. Unos iban con cintas y túnicas azafrán de lino y de seda; otros con túnicas blancas decoradas con listas de color púrpura, ceñidos con un cíngulo, y calzados con sandalias amarillas. A mí me cargaron una imagen de la diosa, a la que habían vestido con un velo de seda. Con los brazos y los hombros desnudos, y blandiendo unas descomunales espadas y hachas, se pusieron a bailar una frenética danza, acompañados por una insinuante melodía de flauta. Después de recorrer unas cuantas casas, llegaron a la de un rico terrateniente. Ya antes de entrar se anunciaron con gritos y alaridos discordantes, y se pusieron, como locos, a hacerse como reverencias entre lúbricos gestos, haciendo volar las cabelleras con movimientos circulares, y mordiéndose, en ocasiones, sus propias carnes; incluso llegaron a darse pequeños cortes en los brazos con un puñal de doble filo que llevaban. Uno de ellos -que llegó a ponerse en trance, emitiendo constantes gemidos que le salían de las mismas entrañas- simulaba estar poseído por el espíritu divino, como si los hombres, en presencia de los dioses, en lugar de mejorar, tuvieran que enfermar o enloquecer."

APULEYO: El asno de oro.



“En el benemérito «Boletín» de la Comisión Provincial de Monumentos de Lugo, números 61-62 de 1966, publica Nicandro Ares Vázquez un curioso artículo sobre un relieve del vestíbulo del siempre misterioso monumento de Bóveda. Ares Vázquez aseguraba que se puede ver el perfil de un ave en marcha, que va de izquierda a derecha, en dirección norte. El ave tiene sobre la cabeza un penacho vertical, «estilizado a modo de cuerno erecto, y unos tenues rayos, circundados por un halo elipsoide». El doctor Schlunk –que estos días ha vuelto por Bóveda–, escribió en 1935 que bien podría tratarse de un avestruz. Para Gómez Moreno podría tratarse de un faisán. El avestruz, como se sabe, si es puesto como ejemplo de célebre corredor entre griegos y latinos, en las Escrituras y entre los apologetas cristianos, y en la Cábala, pasa como símbolo de la hipocresía y de la estupidez. Borges habla de los australes n’kukula, o demonios de la inútil mentira, que se refugian en el avestruz para procrear. En lo que se refiere a faisanes, Mircea Eliade ha hablado más de una vez de que soñar con faisanes en la fábula china, supone soñar con salud y prosperidad, con años de riqueza y poder. Existía un refrán que de un tipo pomposo hacía decir: «Ese ha soñado con faisanes». Pero Ares Vázquez cree que el ave de Bóveda es un ave fénix. Y las razones que aduce son excelentes, y congruentes con lo que Bóveda pudo ser de lugar de mágica curación, de restauración en la sanidad de un cuerpo doliente, de resurrección, por decirlo así, en fin."

ÁLVARO CUNQUEIRO: El Envés.


“Debemos también indicar a nuestro amigo el viajero, que no salga de esta vieja urbe sin visitar, a muy pocos kilómetros de la capital, en la parroquia de Santa Eulalia de Bóveda, el extraordinario monumento, motivo de controversia entre arqueólogos y eruditos. Se trata de los restos, descubiertos en fecha reciente, de un templo prerromano enterrado durante siglos, tal vez de la etapa sueva o de los primeros tiempos del cristianismo gallego. Es rectangular, con atrio y nártex granítico, naves con tres arcos redondos y columnas de mármol labrado. En los trozos de bóveda conservados hay una simbólica y curiosa decoración, real y perfecta, de aves y flores, que recuerdan ciertas pinturas pompeyanas. Después de concluidas las excavaciones de este singular hallazgo, que es monumento nacional, y del que se ha dicho con razón que constituye uno de los más apasionantes problemas actuales de nuestra arqueología cristiana, se llegó a la determinación de que fue un ninfeo neroniano, luego cristianizado.”

JOSÉ MARÍA CASTROVIEJO: Galicia. Guía espiritual de una tierra.



"Queremos tanto a Cibeles, os que vivimos en Madrid (non direi o consabido, sobrevivimos, porque sería ofender a cidade tan grata) que mesmo semella ruín lembrar que a deusa de marras era a destinataria de sacrificios humanos. Que son, precisamente, os que alporizaran a Tito Lucrecio Caro, tan querido de Méndez Ferrín (véxase O fin dun canto), como para provocar a escrita dese libro xenial que se chama De rerum natura (como eu non lle coñezo versión galega, o lector que non saiba latín e si español fará ben en consultar as versións do Abate Marchena ou Agustín García Calvo). Mais o certo é que a pobre Cibeles, deusa agrícola, e menor en todo caso, aí sigue en Madrid; "la linda tapada" de cando a Guerra Civil deu en vestila con sacos terreiros, "inasequible al desaliento". En cambio, a 14 kilómetros de Lugo tan só, nese monumento marabilloso que poderíamos chamar, se quixeramos que se cadra non, a "Capela Sixtina" da arte tardorromana, Cibeles perdeu a denominación, para pasar a chamarse Santa Eulalia de Bóveda. Ben entendido que Eulalia vale para "Convincente", co que non foron polo río abaixo aquelas sibilas que cumprían funcións no templo primitivo adicado a Cibeles (ou Rhea). Ben visitable hoxe grazas a quen dispuxo como cancerbero del un señor xentílisimo, de non sei que empresa de seguridade, que franquea a entrada dun lugar que provoca (desde os séculos III ou IV, que a cousa non está clara) espanto. E emprego este termo no senso antigo, e que conserva o portugués, de abraio, asombro, apampamento. Polo conxunto, misterioso e hermético, e aquí ten que ir a piscina para os bautismos de sangue sacrificial, anteriores aos máis temperados que aportara o cristianismo. Mais –sobre todo– para os murais que representando aves aquí xorden. Galos, galiñas, ¿avestruces?, parrulos, pombas, pavos reais e todo galiñeiro, con funcións ben definidas para cada especie, e que fan do visitante un admirador entregado. Santa Eulalia de Bóveda ou Nosa Señora Cibeles de Lugo para os que pensen que xa o viran todo."

VICENTE ARAGUAS: Nosa señora Cibeles. El Correo Gallego 02.09.2007

1 comentario:

Teresa Giménez Pous dijo...

Simplemente bello y sensible