martes, 10 de febrero de 2015
NIMES I
"Fuera de la población, se abre un anfiteatro de rocas poblado de pinos, cuyas cimas superiores están inclinadas por el viento que baja de la torre Magna: en el fondo de este anfiteatro, entre murallas blancas con balaustres de mármol es donde aparece la balsa de la fuente. Alrededor se ven algunos restos de construcción antigua. En la orilla misma se levantan aún las ruinas de un templo de las ninfas que se creía en otro tiempo haber sido consagrado a Diana, la diosa casta, a causa, sin duda, de la belleza de las noches, en las que se refleja sobre las aguas el disco de la luna rielante y tembloroso."
ÉLISÉE RECLUS: EL arroyo.
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1 comentario:
Qué piedras tan solas.
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