jueves, 15 de enero de 2015

EREMITORIOS DE PINEDO, CORRO Y TOBILLAS


"Y cuando merodeo alrededor de las moradas de los hombres, durante las noches tormentosas, con los ojos ardientes y los cabellos azotados por el viento de las tempestades, solo como una piedra en medio del camino, cubro mi rostro ajado con un trozo de terciopelo, negro como el hollín que llena el interior de las chimeneas; los ojos no deben ser testigos de la fealdad que el ser supremo, con una sonrisa de odio poderoso, ha puesto en mí. Cada mañana, cuando el sol aparece para los demás, esparciendo la alegría y el calor saludables en la naturaleza, mientras que ninguno de mis rasgos se mueve, contemplando fijamente el espacio lleno de tinieblas, acurrucado en el fondo de mi caverna amada, en medio de una desesperación que me embriaga como el vino, golpeo con mis manos potentes mi pecho desgarrado."

CONDE DE LAUTRÉAMONT: Los Cantos de Maldoror.

2 comentarios:

Amparo dijo...

Vaya sitio tan imponente. Y Lautremont, menuda elección, los Cantos son demoledores, arrolladores.
Un saludo

rubén dijo...

Me pareció apropiado. Un saludo, Amparo.