viernes, 19 de septiembre de 2014

ARMENTEIRA


"Hay muchas cosas que veo con toda claridad, y al decir veo, quiero decir exactamente eso: veo, porque cierro los ojos y las veo. Tengo, ya, por ejemplo, la plaza de la Basílica que es una plaza de piedra en la cual termina una calle pina y, al otro lado, hacia arriba, hay unas grandes escaleras, con balaustrada de piedra, muy anchas, que se van estrechando, que terminan en una plataforma en la cual se levanta la Iglesia, con una puerta abocinada y una fachada lisa con un gran rosetón. Puede ser la fachada de la Iglesia de Armenteira, y a la izquierda, conforme se sube, está la casa de Barallobre, antigua pero sin escudo de armas, con un velero en el dintel, y, enfrente, está el palacio de Bendaña, derruido, sacado de la novela de Santiago, el del Cristo."

GONZALO TORRENTE BALLESTER: Los cuadernos de un vate vago.


"Subió los escalones, atravesó el atrio: de los charquitos, saltaba el agua a sus pisadas. La iglesia estaba vacía, casi en tinieblas. Se asustó al escuchar su propio taconeo multiplicado por las naves y las bóvedas, y pisó quedo, suave: una sombra y un menudo rumor."

GONZALO TORRENTE BALLESTER: La saga/fuga de J.B.

4 comentarios:

virgi dijo...

Hola Rubén.
Llevo como una hora embelesada en tu blog. Un privilegio que te agradezco más de lo puedas pensar. Aprendo contigo y envidio esa posibilidad de ver tanta historia, tanto arte, tantas huellas valiosas.
Gracias de veras, un abrazo

rubén dijo...

Muchas gracias, Virgi. Te agradezco el comentario más de lo que puedas pensar ;-)

Amparo dijo...

¡Me encanta la analogía!!

rubén dijo...

No me pude resistir...