“La iglesia de Jesús, con su monasterio al lado, es considerado el más bello monumento de la ciudad. Tal vez prometa por fuera lo que no ofrece por dentro: la fachada, simple y armoniosa, no deja prever las artificiosas columnas torsas que sustentan las bóvedas artesonadas. No es la primera vez que el viajero encuentra este tipo de columnas, y siempre las ha apreciado pacíficamente, llegando incluso a aplaudirlas. Aquí debe de haberle sorprendido lo inesperado del efecto. Hasta el punto de que, habiendo salido de la iglesia, a ella volvió para ver si la impresión se repetía. Se repitió. El viajero encuentra que en la relación de la altura y de la sección, y también en la implantación, hay algo que no fue resuelto. Dejadlo quedar con su duda.”
JOSÉ SARAMAGO: Viaje a Portugal.
sábado, 6 de abril de 2013
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
A mí lo que me sugiere es temor a que se deshagan. Y el suelo me parece tremendo para tropezar. Me gusta.
Que se deshaga el nudo y se venga todo abajo, sí. Muy bueno.
Ya ves, nunca he ido. Pero esas columnas merecen una visita.
Y tus fotos tienen una serenidad envidiable.
Publicar un comentario