lunes, 15 de abril de 2013

SERRA DA ARRÁBIDA



“Después perdemos de vista O Portinho y seguimos –sin encontrar alma viviente ni carruaje– carretera adelante, volteando y descendiendo suavemente a media pendiente, viendo surgir cabo tras cabo, punta tras punta, en un despliegue escenográfico maravilloso de proporciones, de formas, de boscaje, de color y de luz. De pronto, colgado de un amplio repliegue de la sierra, encarado a Poniente –es decir, inundado de sol a esta hora– se nos aparece una especie de convento, o mosteiro, de una blancura que deslumbra y todo rodeado de cipreses, negros, como musgoso terciopelo. Es graciosísimo, parece un nido en el bosque y se denomina el convento novo do Bom Jesús. Arrancan de allí, diseminados por la espesa oscuridad, como palomitos extraviados, seis o siete ermitaños, pequeños, también de una blancura lechosa y dispersos. Parecen moverse a intervalos regulares, subiendo siempre, hasta llegar al convento velho, donde está la capilla votiva coronada por una cupulita de ladrillo barnizado, con reflejos verdosos, azules y amatista. Dicen que todo el lugar está lleno de fuentes y regatones que bajan del pico de la sierra O Formosinho, a casi 500 metros de altura. Es un paraje como hay pocos. Nuestro Ramón Llull se habría encontrado aquí como en su casa.”

GAZIEL: Portugal lejano.



1 comentario:

Amparo dijo...

Un buen sitio. Muy serenas tus fotos.