“A pocos kilómetros más llegamos a la vista del pueblo de Bocairent (Bocairente) —también añadida a su nombre una e paragógica sin razón filológica alguna—, que presenta un aspecto desolador, ya que se nos antoja como una gran población encaramada sobre un inmenso peñasco descarnado, sin vegetación, de piedra gris y seca. En la cumbre se levanta la iglesia y en torno a ella se desparrama toda la construcción. Sus calles se levantan sobre la piedra viva, y algunas están excavadas y con escalones tallados en la misma roca que las sustenta."
LUIS GUARNER: Valencia. Tierra y alma de un país.
lunes, 28 de enero de 2013
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1 comentario:
Todas me gustan, pero la primera es la que más. Esa persiana descolgada.
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