sábado, 26 de marzo de 2011
LANZAROTE XIII
“Echado aquí lo mezclo todo, no sé si es verdad o mentira lo que cuento, si es autobiografía o engaño. Pero lo cuento, la confusión me ayuda a contarlo, veo, mientras hablo, una playa larga en la que estoy corriendo como un perro loco, pero sé que ese que está corriendo no soy yo, ni es Onetti, cómo va a ser Onetti, jamás fue a una playa Onetti, vivía metido en un camisón de fieltro, entre las casas amarillas de París o de Montevideo, pero yo lo vi sufrir porque su perra le mordía las canillas, así que cómo va a ser Onetti, pero es César Manrique, corre, lo ves correr, es ahora un hombre mayor, tiene la cabeza calva y reluciente, se ríe al amanecer y me ve llegar, me ofrece higos frescos que tiene en su cocina, bajo la lava, en Lanzarote, y mientras acaricia el perro enorme que le va a saludar en la cama cuando aún no se han despertado los pescadores, así me ve llegar César Manrique de una noche de alcohol, mar y marihuana, de dónde vienes, me pregunta, y yo le hablo de la playa de Famara, «Ahí corría yo como un perro loco», Famara como la Playa del Horizonte. Ahora no me dice la memoria si fue cabra o perro lo que era César sobre aquella arena hecha de viento, frente a la isla solitaria de La Graciosa, tan cerca de África, bajo los montículos sinuosos de la isla, pero estaban César y el perro tan cerca que ahora que recuerdo aquella conversación de madrugada no distingo entre el perro y la cabra y me inclino por el perro, que era esbelto y se llamaba Corcho.”
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2 comentarios:
Parece que tengo los pies sobre esta arena, oscura, fría y movediza. Me encantan estas fotos.
La primera tiene un color estupendo, un contraste extraño.
Saludos.
Para mi es como un jardin Zen, no me atreveria a pisarlo por no mover ni un grano de arena.
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