"Y si ahora rememoro en una costa mallorquina digna del castillo de Don Gaspar, es porque todo se ha vuelto de nuevo infancia desde ayer por la tarde, a partir del instante en que me fue dado ver, desde el mirador del Archiduque Luis Salvador cerca de Deyá, el rayo verde."
JULIO CORTÁZAR: El rayo verde.
“Llegó a formar, pues, el archiduque, una inmensa propiedad que la carretera de Valldemossa a Deiá atravesaba en una distancia de ocho kilómetros. En su libro, sin nombre de autor, «Lo que sé de Miramar», Palma, 1911, escrito en un mallorquín de una ingenuidad deliciosa, el archiduque cuenta la historia de la formación de su enorme finca y de las mejoras que en ella hizo: los innumerables caminos, miradores, capillas, rotondas, belvederes, jardines, estatuas, lápidas y la inmensa cantidad de comodidades que colocó sobre su posesión. Gastó una fortuna inmensa por un impulso de amor y de belleza.”
JOSEP PLA: Mallorca, Menorca e Ibiza.
“Prohibió cortar una sola rama en todo su término posesorio, y el bosque, agradecido, tuvo a orgullo vestirse de gran belleza, y cuando la sombra cubrió las montañas, abrió rutas bajo los árboles, pero senderuelos casi ocultos que no hiriesen el paisaje y miradores de piedra y glorietas de mármol blanco, demostrando en todos los detalles un gusto refinadísimo.”
SANTIAGO RUSIÑOL: La isla de la calma.
"Desde Valldemossa los autocares retumban por la carretera espectacular que bordea la costa -que en un punto dado alcanza los trescientos metros sobre el nivel del mar- y pronto vierten sus cargas en Son Marroig, donde el archiduque Luis Salvador de Austria vivió tantos años y de manera tan excéntrica. Los turistas escuchan la historia de la hermosa Catalina Homar, por quien el envejecido archiduque profesó un amor puro y romántico, y que murió de lepra (contraída durante una peregrinación a Tierra Santa, a bordo del yate del Archiduque, el Nixe) en una casa construida para ella sobre el promontorio rocoso, guardada día y noche por enormes perros-lobo..."
ROBERT GRAVES: Por qué vivo en Mallorca.
6 comentarios:
Uauuu! ¡Qué limpieza! Me encantan, Rubén. Un beso
Preciosos todo texto, imagenes y musica se complentan todo en uno
Es bueno ser archiduque!
Son preciosísimas las fotos. Me quedo con la última columna,el difuso azul de fondo, y la música de Bibiloni que parece el viento.
Saludos
Rubén, vaya catálogo de escritores para acompañar tus imágenes, cálidas y refrescantes a un tiempo. El que me da envidia es Cortázar ¿vió el rayo verde o son cosas de la literatura?.
Y a última hora me olvidé de Rubén Darío, que estaba previsto para esta entrada. Lo pondré en Valldemosa.
Lo del rayo verde nunca se sabe. Supongo que a ti te gustó la película de Rohmer ;-)
Un abrazo para las cuatro.
Sé que Rohmer no te va, que te aburre como Oliveira. Rohmer es tal vez mi director preferido, auqneu lo último que hizo era un poco... un poco. EL rayo verde me fascina. Hace cosa de un año inicié una entrada jugando con el rayo verde de Verne y el de Rohmer, pero aún no tnego la foto del acontecimiento.
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