jueves, 26 de noviembre de 2009

PALMA IX


"Bonito, sí. Pero puramente retórico. O transpirando el amargo escepticismo del cobarde, del fracasado. Yo sabía por experiencia que no una, sino que eran mil y una las nuevas ciudades que podía encontrar. De retornar a la granja, posiblemente sí que la vieja ciudad nos hubiera engullido, triturado. Pero la huida representaba poder encontrarnos libres Swala y yo, el uno enfrente del otro e inmersos ambos en un paisaje del conocimiento del cual constituiría un mutuo aprendizaje: una especie de remodelado, como el niño cuya conciencia está todavía en agraz y que se forma registrando el ambiente que a la vez vive y descubre."

BALTASAR PORCEL: Los días inmortales.

1 comentario:

Amparo dijo...

Recia esquina.


(qué alegrón me he llevado con la música, oye)