"A la mujer no la había visto antes. O quizá sí, pero no me había fijado en ella. Éramos pocos los que nos bañábamos y yo me había metido bajo la compacta sombra de un parasol de enea, donde leería alguna novela de Nabokov o un relato de Lovecraft, que eran los autores que me llevé de viaje, y en cuyas páginas todo era más seductor -la ironía y el sentimiento convertidos en insidiosa crueldad, los oscuros temores explicitados en amorfos y viscosos volúmenes- que el país tunecino, con los míseros beduinos, o sencillamente nómadas, arrastrándose por los yermos con sus tiendas, camellos y cabras, y Bizerta devastada, los muelles vacíos y los edificios también, donde todavía estaban sin cristales las ventanas tiroteadas cuando el lío de la expulsión de los franceses. Por la noche me costaba dormirme y bebía bastante, hasta alcanzar la turbiedad, como un estadio fangoso. Y el sueño era pesado, me levantaba a la mañana siguiente con las articulaciones doloridas."
BALTASAR PORCEL: Todos los espejos.
4 comentarios:
sí que es desoladora esta imagen de Túnez¡¡¡
y desidiosa la actitud de quien lo cuenta.
... beber ... "hasta alcanzar la turbiedad, como un estadio fangoso"... está muy bien¡¡¡
saludos
Oye,
me encantan las citas, tus autores, tus fotografías...
Gracias por tu blog.
Muy bueno.
Un saludo
Está muy bien "alcanzar la turbiedad". La fotografía es un parpadeo.
Veo que ha gustado Baltasar Porcel. Sirva de homenaje póstumo.
Abrazos.
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