"Todo respiraba paz y un gozo impregnado de fragancias. Abajo murmuraba una fuente. Y dos monjes, de cierta edad y de barba negra como el ébano, estaban sentados en un banco. Otro, de edad difícil de adivinar y frente a los otros dos, en un balcón del primer piso con la cabeza apoyada en la mano. Unas nubecillas navegaban por el cielo. Los dos del banco se levantaron dirigiéndose a la iglesia. Otros dos bajaron por una escalinata (...) En la iglesia unas voces empezaron a entonar suavemente salmos según melismas antiquísimos. Las voces se elevaban y bajaban, eran algo infinito, tan lejos del lamento como del alborozo, algo solemne que parecía venir sonando de la eternidad para tornar a la eternidad."
HUGO VON HOFMANNSTHAL: "Unos instantes en Grecia"
19 comentarios:
¡Qué (sana) envidia! Meteora es uno de los destinos a los que más me gustaría viajar. Espléndidas tus tomas, Rubén. Magníficas.
Un abrazo
Iba a poner "Magníficas" pero veo que alguien se ha adelantado. Bueno pues: Extraordinarias y vertiginosas; fantasmales. Mirarlas con la música que has elegido es para alucinar.
Saludos
“Quería escapar de mí y me perseguía a mí mismo; lo que leía, de renglón en renglón, eran signos y signos como las ruinas que tenía alrededor. [...] Antigüedad imposible –me dije–, comienzo imposible, búsqueda imposible. La dureza de esas palabras parecía deleitarme. Nada de todo eso existe. Aquí donde pensaba cogerlo con las manos, aquí ha desaparecido, aquí sobre todo. Una ironía demoniaca late alrededor de estas ruinas que aún en su descomposición retienen su secreto. Se parecen demasiado a esos perfumes. Ambos incitan a sueños inútiles, y lo que queda es el sabor de la mentira en la lengua.”
Recuerdo que este párrafo de Momentos de Grecia (así se titula en la traducción que yo leí) me conmocionó, e inmediatamente lo relacioné con el mundo en decadencia que llevó a la muerte a Hofmannsthal...
Hermosísima entrada, como siempre. Un beso.
Me temo que es imposible ser original: las fotos son estupendas y el texto y la música van a juego.
Gracias por el rato de disfrute.
Un abrazo.
Han regresado esas imágenes a mí...y yo he regresado allí...una de las ciudades que más me impactó cuando fui hace unos años...
un saludo y gracias
Francisco: No tienes más que hacer la maleta. Ya me contarás a la vuelta.
Npsble: Es uno de los mejores discos que tengo. Lo compré en Grecia pero ahora ya se puede encontrar por aquí.
Ana: “Quería escapar de mí y me perseguía a mí mismo", eso es viajar ¿no?
Leo: Gracias.
María Nefeli: Envuelta entre las nubes no parece real, y por la tarde cuando se marchan los autobuses de turistas parece congelada en otro siglo.
¿Has escuchado a Djivan Gasparyan? Es armenio. Creo que te gustaría.
Un beso.
Me gusta. Le escuché en concierto y es una experiencia inolvidable. Algún día aparecerá por aquí.
Meteora (monasterios suspendidos del cielo).Antiguos escritos,dicen que eran las rocas enviadas por el cielo a la tierra para permitir a los ascetas retirarse y rezar,(eso he leído claro)
Creo que los monjes hermitaños que habitaban en aquellas cuevas en sus inicios (los meteoros) debieron de pasarlas canutas, menudo sitio para retirarse, del todo.
Impresionante del todo Rubén, un sitio digno de ser visitado.
Preciosa la música que acompaña las especiales fotografías que has hecho, son una obra de arte.
Un abrazo meteórico.
Y otro monástico,
el ascético lo dejo para otra ocasión.
ana.
Bueno, pues otra vez será. Gracias de todos modos :-)
Qué fotos impresionantes! Y qué decir de los sonidos con que las has envuelto! Has conseguido regalarme cinco minutos de paz en una mañana de estrés. Gracias.
También llamada Kalambaka... ¡Qué recuerdos!
que fotos espectaculares!
saludos
Estoy de acuerdo contigo con lo de Enya...ahora su intensidad se ha desvanecido pero esos primeros discos son inolvidables...por cierto, ese disco de Achalinotopoulos es magnífico, hace unas semanas pude escucharlo entero.
Dios mío, que sitio tan impresionante, ideal para desaparecer, como diría Vila-Matas, una alameda del fin del mundo especial.
Un saludo.
Qué preciosidad, ni me sonaba...
Olissipo: Entonces ha merecido la pena.
Magapola: Yo me alojaba en Kastraki, estaba más cerca y era más tranquila.
Pía: Haz una carantoña de mi parte a Anibalito.
María Nefeli: Sí, un gran disco.
Javier Luján: Tu ciudad blanca me ha gustado casi tanto como la de Alain Tanner.
Simalme: Cuanto tiempo. Un saludo.
Rubén, además del impacto de las fotos, desconocía el contexto de los edificios. Esa es la idea de paisaje. Estudias esos monaterios e iglesias bizantinos, los ves desde todos los ángulos, plantas y alzados, planos, pero nunca insertos en la naturaleza, fundamental para comprenderlos. Saludos
Claro, como sabes tenían la doble intención (contradictoria) de domesticar la naturaleza y de servir de retiro del mundo. Todos los monasterios eran islas de civilización en medio del paisaje, pero los de Meteora aún más.
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