jueves, 17 de mayo de 2012

PONTEVEDRA VI


"Pontevedra es, con relación a Vigo, lo que Madrid con relación a Barcelona. No tengo temor alguno en establecer esta relación entre Pontevedra y Vigo, porque la considero igualmente honrosa para ambas ciudades. En cuanto a su exactitud, ya verá el lector hasta qué punto logro justificarla. En Pontevedra predomina el elemento oficial, mientras que en Vigo predomina el elemento industrial. El Gobierno Civil, la Audiencia, la Diputación, el Instituto: he aquí los cuatro centros principales que sostienen la vida de Pontevedra. Una vida pequeña, pintoresca y blanda, que se parece mucho a la de Madrid. La vida de Vigo, por el contrario, es lo que, con un adjetivo patológico, suele llamarse una vida febril."

JULIO CAMBA: Playas, ciudades y montañas.

lunes, 14 de mayo de 2012

PONTEVEDRA V


“Pontevedra es un pueblo tristísimo, bonito, pero triste; tiene eso. Me esperaba mi amigo X, que me lo enseñó. En cuanto empiezan a hablar los gallegos, le entra a uno morriña de no sabe qué y unas irrefrenables ganas de ponerse a llorar. Mi amigo me decía, por ejemplo: «Esta es la iglesia de Santa María». Y sólo con esto me entraba una pena profunda, como si me estuviese comunicando una noticia lamentable, o dándome el pésame por alguna desgracia.”

ANDRÉS TRAPIELLO: Los hemisferios de Magdeburgo.

jueves, 10 de mayo de 2012

PONTEVEDRA IV


“Pontevedra, en conjunto, merece el nombre de ciudad monumental, pues algunos de sus edificios públicos, en especial los conventos, son tales como no se ven en parte alguna, fuera de España e Italia. Rodéanla murallas de piedra labrada y se alza en el fondo de una ensenada, en la que desemboca el río Lérez. Dícese que fue fundada por una colonia griega, cuyo jefe era nada menos que Teucer el Telamonio. En tiempos antiguos fue plaza comercial importante; cerca del puerto se ven las ruinas de un farol, o faro, que pasa por ser antiquísimo. El puerto, empero, muy distante de la ciudad, es incómodo y muy poco profundo. La comarca pontevedresa es de incomparable amenidad, abundante en frutas de todo género, especialmente en uvas, que en la estación propicia muestran, pendientes de las parras, su deliciosa lozanía. Un antiguo autor andaluz ha dicho que aquí se producen tantos naranjos y limoneros como en la campiña cordobesa; pero las naranjas no son buenas y no pueden competir con las de Andalucía. Los pontevedreses se jactan de que su suelo produce dos esquilmos al año y que mientras recogen una cosecha siembran la otra. Razón tienen para enorgullecerse de una tierra como la suya, pródigamente dotada.”

GEORGE BORROW: La biblia en España.

domingo, 6 de mayo de 2012

PONTEVEDRA III

“Alejándose imperceptiblemente de su asiento, la ciudad con su niebla se columpiaba en el aire limpio de la madrugada, se mecía como un péndulo lento, como un barco que navegase en un espacio quieto. Si al despegarse había hecho ruido –si la tierra se había quejado–, los ecos del ruido o de la queja habían emigrado ya por encima de la mar, a aquella hora tiernamente azulada: un gran silencio lo arropaba todo y lo colmaba, como si aquella luz creciente del crepúsculo fuese silencio-luz. Hasta que, de repente, sentí un rumor continuo e invariable, no de música, de furia: un rumor que ascendía y se acercaba. Miré hacia abajo. En la mitad del aire, equidistando de Castroforte y la llaga sangrante de la tierra, corría el tren aéreo que yo mismo había inventado.”

GONZALO TORRENTE BALLESTER: La saga/fuga de J. B.

jueves, 3 de mayo de 2012

PONTEVEDRA II


“–¡Pontevedra! –mugió un soñoliento viajero; y a su vez todos nos desperezamos y emprendimos la tarea de contar y recoger nuestros bártulos. El andén estaba desierto: solamente un hombre con galón de plata en la gorra y un farol en la mano iba presuroso de uno a otro lado: la sombra del tal dibujábase sobre el suelo blanquecino, alargándose y encogiéndose a los zarandeos de la luz con cierto ritmo funambulesco y fantástico. Media noche era por filo y la Selene de los revisteros dormía a pierna suelta, con ese sueño feliz que han dado en llamar de los justos, y tengo para mí que se parece mucho más al de los borrachos. La escasa luz de las luciérnagas eléctricas –porque es la ciudad gallega de ésas en donde todos los adelantos tienen cabida– iluminaba un vivero o sembrado de casas, nacidas aquí y allí, donde Dios quiso: la cosecha parecía malograrse, porque las desmedradas eran muchas más que las que habían espigado, hasta rayar en los dos pisos con guardilla. Con todo esto, las calles no me parecieron estrechas, altas y tortuosas, de ésas que tan simpático carácter y fisonomía arcaica dan a las poblaciones morunas como Toledo o Córdoba, pinto el caso. Ya lo he dicho: Pontevedra es ciudad moderna, y no tiene ya las encrucijadas y revueltas temerosas, donde un misterioso farolillo parpadea y oscila –como la pupila de un gato en las tinieblas de la noche– al pie del oscuro nicho que guarda con una leyenda piadosa el bizantino crucifijo o la borrosa imagen de un santo pintado de almazarrón.”

RAMÓN MARÍA DEL VALLE-INCLÁN: Cartas galicianas (Colaboraciones periodísticas)

martes, 1 de mayo de 2012

PONTEVEDRA I


“Otro templo, aunque en ruinas, resultará inolvidable para el viajero. Nos referimos a Santo Domingo, que hoy sólo nos ofrece la esbelta cabecera de altos ábsides, cuyas ventanas ojivales son bellísimas. Santo Domingo, vestido de fina hiedra y con su bello rosetón de encaje, es una invitación para la poética melancolía. Entre sus ojivas pudieran resonar perfectamente los versos de Burns o las elegías de Shelley, que proyectarían el Spleen de sus almas por entre las piedras evocadoras del Museo arqueológico, que encuentra un perfecto alojamiento entre las también evocadoras ruinas. Este museo, cobijado entre ojivas y hiedra por las que anda suelta y orquestada la voz del viento en los días de temporal, es solemne colección de sepulcros históricos –el de Payo Gómez de Sotomayor, sonado embajador a la lejana corte oriental del Gran Tamerlán, entre ellos– de interesantísimas epigrafías prehistóricas y romanas, petroglifos, capiteles románicos, lápidas diversas y heráldicas en la que campean, entre otros, escudos feudales de los Andrades, Mariños, Pazos y Montenegros.”

JOSÉ MARÍA CASTROVIEJO: Galicia. Guía espiritual de una tierra.



"Las ruinas, bien iluminadas en la noche, con el encaje de la neblina en las ojivas, serían del gusto del vizconde de Chateubriand. Sorprende hallarlas en el corazón mismo de la ciudad, de la que son uno de los más bellos adornos. A su conservación va unido el nombre del ilustre arqueólogo don Casto Sampedro, quien recogía hermosas piedras que dormían en la tierra natal, a la vez que las canciones que iban por el aire, como aves, y las guardaba, para que pudiesen ser cantadas perpetuamente, en papel pautado."

ÁLVARO CUNQUEIRO: Pontevedra. Rías Bajas.

martes, 24 de abril de 2012

ISLAS CÍES


“De las Cíes trae el viajero el recuerdo de una concha rara, recogida en la arena, y el recuerdo imborrable de un día en unas islas a la vez tan próximas y tan lejanas. Otero Pedrayo ha dicho que «brillantes y pulidas al sol, la niebla y la lluvia les prestan una nórdica y vaporosa belleza de balada». Son como un Finisterre, un cabo del mundo. Fuera queda el Océano inmenso, y hacia adentro la ría, sometida a la medida del ojo y del alma humana. En la estela del vapor brinca el delfín amigo y sobre el humo de la chimenea pasa el ala perfecta de la gaviota.”

ÁLVARO CUNQUEIRO: Vigo y su ría.

miércoles, 18 de abril de 2012

MONTE FACHO






“Un día frío y luminoso de diciembre subí el empinado y sinuoso sendero de piedra que asciende al monte do Facho, uno de los lugares más expuestos de las rías. El monte surge abruptamente del Atlántico en el extremo de la península de Morrazo, entre las anchas desembocaduras de las rías de Vigo y Pontevedra.

Un resbaladizo musgo verde lima recubría las rocas del sendero mientras serpenteaba colina arriba hacia el inevitable bosque de eucaliptos. Estaba solo. Algún que otro ruido seco, el ladrido de un perro o el sonido de un portazo rebotaban desde el pueblo de abajo. Aparte de eso, sólo se oía el mar, el viento y los pájaros. Era fácil evocar la imagen de los antiguos gallegos que habían hollado este sendero desde la Edad del Hierro. La visión desde lo alto del monte era impresionante. Las islas Cíes parecían tan cercanas que casi podían tocarse y, al norte, las islas de Ons y Sálvora yacían plácidamente en el Océano. Podía ver la desembocadura de la ría de Arousa al norte. La vista se extendía más allá, al menos en mi imaginación, hasta el punto más occidental del continente europeo, el cabo Finisterre, el Fin del Mundo. El Atlántico, casi desnudo de barcos, se extendía hacia América. Mientras tanto, tierra adentro el humo de las chimeneas flotaba por las tierras bajas hacia las vítreas aguas de la ría.

Uno no puede por menos que sentirse sobrecogido por los misterios de la naturaleza o entregarse a pensamientos sobre deidades y espíritus en un lugar semejante. Anchas y planas lajas de granito, ligeramente ahuecadas, están diseminadas por el pico. También hay un minúsculo puesto de observación redondo azotado por el viento, del siglo XVIII, hecho de bloques grises recubiertos de liquen. El pequeño monte recibe su nombre de los fuegos que solían encenderse aquí para guiar a los barcos a casa. Las piedras planas, de las que se han encontrado unas 130, se utilizaban como altares sacrificiales (arae) en época de los romanos. Entonces se rendía culto a un dios llamado Berobreo. Como Santa Marta, tenía el poder de curar. Los arqueólogos también creen que era un lugar de peregrinación. Algunas aras aún llevan inscripciones que piden el don de la buena salud.

Algunas tribus locales llevaban siglos asentadas aquí antes de que llegaran los romanos. Galicia era rica en hierro e incluso en minas de oro. También era rica en recursos naturales procedentes del mar. Los moluscos y otros mariscos aún son componentes básicos de la dieta y de la economía. En el lado del monte do Facho que da al continente, los arqueólogos están excavando los restos de un asentamiento típico de la Edad del Hierro gallega, compuesto por casas de piedra de planta circular con cubierta de paja protegidas por una muralla defensiva. Este castro estuvo habitado hasta la época de Cristo.

Hay hasta 5.000 castros diseminados por las cimas de las colinas y los promontorios a lo largo y ancho de Galicia. Sus habitantes –que también tenían pequeños talleres y almacenes– trataban de aprovechar la altura con fines defensivos, ya fuera para protegerse de sus enemigos, de los osos o de los lobos. Un punto de información del monte explica que, algún tiempo después del nacimiento de Cristo, los habitantes bajaron para establecerse cerca del mar. El monte do Facho, con sus aras de casi dos metros dispersas por su cumbre, como si los dioses las hubieran tirado allí, debió de haber seguido siendo, sin embargo, un buen sitio para realizar sus sacrificios.”


GILES TREMLETT: España ante sus fantasmas. Un recorrido por un país en transición.

sábado, 14 de abril de 2012

PLAYA CASTIÑEIRAS


“En las rías, el verdor llega a flor de agua, cercando sus playas pálidos árboles esbeltos y temblones. La mar es de un azul desvaído, plateado en los amaneceres y en los crepúsculos apacibles, de un marengo sucio bajo los nubarrones. En la bajamar, racimos de negros y largos mejillones cubren las rocas descubiertas por el agua. Esta es fría, poblada de cantidades inmensas de mariscos. Luce un sol tibio, velado, y súbitamente avanza un frente de niebla que lo cubre todo.”

BALTASAR PORCEL: Galicia, entrevista (Las sombras chinescas)


“Las playas helénicas, condecoradas con el laurel de Dafne que da la muerte y la vida, se ofrecen ahora –en que la espesa pleamar veraniega de las ciudades las ha dejado en toda su belleza– recatadas, íntimas y palpitantes como antiguas amadas. Sobre la intacta, humilde y blanca arena festonean borbotones de oleajes encendidos, y en luz de gloria bajan a la orilla, con su llanto de resina y miel, a sumergirse los pinos lanzales. El cielo, condecorado por cientos de gaviotas deslumbrantes de blancura, está vestido de primera comunión.”

JOSÉ MARÍA CASTROVIEJO: El gran otoño del mar (La montaña herida)

martes, 10 de abril de 2012

HÍO




“Desde Bueu a la antigua y noble villa de Cangas de Morrazo, tiene el viajero ante sí dos rutas. Una –la más larga– por Beluso, Aldán e Hío, es una pura maravilla, y sus 20 kilómetros de recorrido parecerán siempre cortos al viajero amigo. La carretera se sumerge entre verdes, oros y azules, festoneando playas de intacta hermosura. La vista es asombrosa: las islas de Ons, las Cíes, los oros o verdes del campo, los árboles que se mojan y reflejan en el mar, la pequeña ría de Aldán, los montes, la luz y, enfrente, el mar, siempre el mar… Al pasar por Aldán, que guarda el antiguo pazo de los Aldaos, de los actuales condes de Canalejas, sus herederos, con bello jardín de bojes y magnolias, buen bosque y artística fuente con la imagen de Nuestra Señora, la desviación de un ramal de la carretera que va a Donón, extrema punta de Morrazo que se asoma grandiosamente frente a las Cíes y el Atlántico, llevará al viajero hasta la riente parroquia de Hío, de helénico nombre, donde podrá admirar uno de los más curiosos y bien trabajados cruceros de Galicia, obra de la cantería popular del pasado siglo.”

JOSÉ MARÍA CASTROVIEJO: Galicia. Guía espiritual de una tierra.

viernes, 6 de abril de 2012

COIRO


“A raíz de estos desventurados sucesos se perturbaron numerosas mujeres que fueron calificadas como brujas, granjeando a la villa una extraña fama y motivando el famoso proceso de las brujas de Cangas, por el que fueron ajusticiadas varias meigas, existiendo partida de defunción de las mismas en el archivo parroquial de San Salvador de Coiro. La campana de esta iglesia, a la que hicimos referencia anteriormente, llamando a junta de meigas se hizo célebre. Se decía que tocaba sola, para convocarlas todos los sábados en juntanza de aquelarre en la playa canguesa d’as areas gordas, donde las visitaba el maligno, poseyéndolas bajo la forma, reglamentaria para estos casos, de macho cabrío. El padre Sarmiento visitó esta campana en 1745 subiendo a la torre de Coiro, de bello estilo colonial, desde la que se contempla la estupenda vista del valle y al fondo la playa de las tenidas brujeriles. Por cierto que desde la corte, reinando el católico Felipe III, llegó una comisión de doctores, técnicos en maleficios, ensalmos y brujerías, para informar sobre el escándalo de las meigas canguesas, quienes afirmaron haberlas visto volar, montadas en escobas, como pajarracos negros, hacia los arenales. Dicen que se untaban previamente con un ungüento mágico los dedos de los pies y de las manos, y que recitaban un raro padrenuestro antes de ponerse en juntanza con el cabrón Satanás.”

JOSÉ MARÍA CASTROVIEJO: Galicia. Guía espiritual de una tierra.

lunes, 2 de abril de 2012

MÁMOA DO REI


“Han desaparecido, desde luego, de la vista de las gentes, pero siguen viviendo en Galicia, de manera invisible, debajo de tierra, en las mamoas, en los castros, en las ruinas, en los roquedos, «subterráneamente», como decía un serio patrón de las montañas que rodean la Limia, el cual explicaba cómo los moros «tienen unas palabras –¿el «ábrete sésamo»?– dichas las cuales se vuelve a cerrar». Estos moros poseen tesoros inmensos: vigas de oro, pellejos de carnero u ollas llenas de monedas, instrumentos de labranza y utensilios de casa todos de oro, arcas repletas de riquezas, y sus viviendas subterráneas son ricas y suntuosas. Se sabe esto porque hubo quien penetró en ellas y vio allí maravillas.”

VICENTE RISCO: Orden y caos (exégesis de los mitos)



jueves, 29 de marzo de 2012

MOGOR




“Todos los petroglifos del arte rupestre son astrografías. La primera escritura, la primera obra de arte, la primera topografía, la primera casa: Siempre círculos, agrupaciones de círculos. Los castros. Las pallozas. La curva interior, el laberinto de Mogor, ese primer corte neuronal de la humanidad. Ahí está toda la costa monoica, fálica vulva, la nación sicalíptica, fecundando los criaderos submarinos… ¿Cuándo se jodió Galicia? El día terrible del cuadrado.”

MANUEL RIVAS: Los libros arden mal.