martes, 23 de febrero de 2010

CÁCERES


“Como muchos de los palacios tienen también torre propia, a pesar de que los Reyes Católicos desmocharon muchas para aplacar las continuas contiendas de los trescientos caballeros aposentados allí, el viejo recinto dorado parece un gran santuario lleno de silencio (…)
Las callecitas bien empedradas desembocan en plazuelas esplendorosas, plácidos rincones, a lo largo siempre de paredes de piedra sillar muy bien asentada y limpia.”

JESÚS TORBADO: Camino de plata.

jueves, 18 de febrero de 2010

TRUJILLO


“Seguramente Trujillo es de los pocos pueblos que quedan en España en que uno puede tener la sensación de estar viviendo cien años antes y, aunque modesto, uno ha de agradecer este lugar que es un poco el lá-bas del que hablaba Baudelaire para poder huir. Uno en Trujillo no pasea por el pueblo, sino lejos de todo esto.”

ANDRÉS TRAPIELLO: El tejado de vidrio.

sábado, 13 de febrero de 2010

PLASENCIA


“Según Plasencia se aproxima, te desentiendes del paisaje. Y no. Quiero que veas a Plasencia sin buscarla, de repente, para más sorpresa, tal súbito regalo del camino.”

PEDRO DE LORENZO: Extremadura, la fantasía heroica.

miércoles, 10 de febrero de 2010

YUSTE


"Todo cuanto aquí enseñan los frailes franciscanos, sucesores de los monjes jerónimos, tampoco tiene otro mérito que el imaginativo; pero por poco que ello sea, el viajero ha visto lo suficiente para sentir la honda emoción que inspira el recuerdo de la antigua grandeza deshecha por la mano del tiempo o por las devastaciones de los hombres."

CIRO BAYO: El peregrino entretenido (Viaje romancesco)

sábado, 6 de febrero de 2010

MÉRIDA IV


“No ha perdido Mérida hoy su romanizad, a la que se sobrepuso una rápida cristianización que le ha dejado también varios recuerdos, así como algunos vestigios de la ocupación árabe: basílica visigótica, aljibe y templos diversos. Pero decayó muy pronto, hasta el punto de que a finales del siglo XVIII sólo tenía dos mil habitantes. El viajero ingés George Borrow, Jorgito el Inglés, el vendedor de biblias, la calificaba cuando pasó por allí hace ciento cincuenta años de pueblo grande, ruinoso y medio desierto.”

JESÚS TORBADO. Camino de Plata.