lunes, 31 de marzo de 2008

DELFOS


"Había llegado el momento de visitar las ruinas, de extraer los últimos jugos proféticos del desaparecido ombligo del mundo. Trepamos por la colina hasta llegar al teatro, y desde allí contemplamos los destrozados tesoros de los dioses, los templos en ruinas, las derribadas columnas, intentando en vano recrear el esplendor de este antiguo lugar. Especulamos largamente sobre la posición exacta de la ciudad, que hasta el presente sigue siendo desconocida."

HENRY MILLER: "El coloso de Marusi"


"Al lado de Ares se sentaba Apolo, dios de la música, de la poesía, de la medicina, del tiro con arco y de los hombres jóvenes solteros. Era hijo de Zeus y Leto, una diosa menor con la que Zeus se casó para molestar a Hera. Apolo se rebeló contra su padre una o dos ocasiones, pero sufrió un duro castigo cada vez y aprendió a comportarse con más sensatez. Su trono áureo, extremadamente pulido, tenía grabadas unas inscripciones mágicas, un respaldo en forma de lira y una piel de pitón en el asiento. Encima del mismo, había colgado un sol de oro con veintiún rayos como flechas, porque Apolo decía que gobernaba el Sol. El símbolo de Apolo era un ratón; al parecer, los ratones conocían los secretos de la Tierra y se los contaban a él. Apolo poseía una casa espléndida en Delfos, en la cima del monte Parnaso, construida alrededor del famoso oráculo que le robó a la Madre Tierra, la abuela de Zeus."

ROBERT GRAVES: "Dioses y héroes de la antigua Grecia"


JOHN COLLIER: "Priestess of Delphi"

jueves, 27 de marzo de 2008

MICENAS


"Es uno de los ombligos del espíritu humano, el lugar de unión con el pasado y también de completa separación. El sitio tiene un aspecto impenetrable: es horrible, adorable, seductor y repelente. Lo que ocurrió aquí está más allá de toda conjetura. Los historiadores y los arqueólogos han tejido un sutil e insatisfactorio velo para cubrir el misterio. Han cogido fragmentos dispersos y los han unido a su manera para hacerlos concordar con su pobre lógica. Nadie ha penetrado todavía en el misterio de este lugar blanquecino. Desafía los débiles procesos de la mente."

"En cuanto se dobla la última curva, Micenas se repliega de pronto, encogiéndose amenazadora, siniestra, desafiante, impenetrable. Micenas está encerrada, arrebujada, retorciéndose en contracciones musculares de luchador. La luz misma, que cae con claridad inexorable, es aspirada por el paisaje, reflejada, transformada en una tonalidad grisácea, dividida en cintas de colores."

HENRY MILLER: "El cososo de Marusi"

Peter Gowland: Henry Miller

viernes, 21 de marzo de 2008

MAHDIA


"Como siempre que estoy en una ciudad nueva, me invade una marea de pensamientos, de recuerdos y de visiones, y el sueño no llega sino muy tarde, casi al alba, cuando el almuédano de la mezquita más cercana ha terminado hace mucho rato su llamada a la oración."

ISABELLE EBERHARDT: "Recuerdos del Sahel tunecino"





"El Mahdia es una ciudad edificada en nuestros tiempos por El Mahdi, el hereje, primer califa de Cairuán. La construyó a orillas del Mediterráneo en un espolón montuoso que entra en la mar; la rodeó con altas y fuertes murallas, grandes torres y puertas guarnecidas de hierro. También se protegió bien el puerto con buenas murallas. El Mahdi llegó a esta tierra a guisa de peregrino y se atrajo la adhesión de los habitantes fingiendo ser descendiente de Mahoma, hasta el punto de que con la ayuda del pueblo se hizo llamar, para tener más crédito, el Califa el Mahdi, es decir el pontífice guiado."

LEÓN EL AFRICANO: "Descripción general de África"

Mª Elena Morató: Mahdia

martes, 18 de marzo de 2008

SAO MAMEDE DE JANAS


“Y Manolo le explicó que era una localidad no demasiado lejana a Lisboa, hacia el interior, en la zona de Mafra, donde había una antigua capilla circular que se remontaba a los primeros cristianos del imperio romano, y era un lugar sagrado para los gitanos, porque los gitanos recorrían la Península Ibérica desde tiempos remotísimos, y todos los años, el quince de agosto, los gitanos de Portugal se reunían en Janas para una gran fiesta, era una fiesta de cantos y bailes, los acordeones y las guitarras no callaban ni un momento y los alimentos se preparaban en grandes braseros a los pies de la colina, y después, al llegar el ocaso, cuando el sol estaba en el horizonte, justo en ese momento, cuando sus rayos teñían de rojo la llanura que acababa en los acantilados de Ericeira, el cura que había celebrado la misa salía de la capilla para bendecir los animales de los gitanos, los mulos y los caballos, aquellos caballos que eran los más bellos de la Península Ibérica y que los gitanos vendían después a los establos de Alter do Chao…”
ANTONIO TABUCCHI: "La cabeza perdida de Damasceno Monteiro"

jueves, 13 de marzo de 2008

OPORTO




"El río está en su mismo lugar, apretado entre las piedras de aquí y las de allá, entre Porto y Gaia, y el viajero nota cómo también entre piedras fueron abiertos estos peldaños, cómo las casas fueron poco a poco empujando el roquedal o acomodándose en él. Bajan con el viajero regueros de agua sucia, y, ahora, cuando se ha abierto por completo la mañana, vienen mujeres a lavar los barreños en las terrazas y los chiquillos juegan a lo que pueden. Hay grandes flámulas de ropa tendida en los edificios que pudieron crecer hasta el primer piso, y el viajero se siente como si estuviera bajando una escalera triunfal, como si fuera Radamés después de la batalla contra los etíopes. Aquí abajo está la Ribeira. El viajero pasa bajo el arco de la Travessa dos Canasteiros, buena sombra para el verano, pero ahora gélido pasaje, y se pasará media mañana andando por este barrio de Barredo, a ver si de una vez aprende lo que son calles húmedas y viscosas, olores de fosa, entradas negras de las casas. No se atreve a hablar a nadie. Lleva al hombro la cámara fotográfica, pero no la usa. Siente a sus espaldas la mirada de los que le ven pasar, o quizá sólo sea impresión suya, tal vez desde dentro de sí mismo haya alguien que lo observa con curiosidad."

JOSÉ SARAMAGO: "Viaje a Portugal"

Francisco Castro: Luces en Oporto

lunes, 10 de marzo de 2008

SAN MIGUEL DE LILLO


"Labró también el rey D. Ramiro una iglesia de S. Miguel como a cien pasos desta de nuestra Señora, y tienen mucha razón nuestras crónicas de encarecer mucho la lindeza deste templo, porque con no ser de más de cuarenta pies en largo y veinte en ancho, tienen toda la buena gracia que en una iglesia metropolitana se puede poner."

AMBROSIO DE MORALES: "Viaje por orden del Rey D. Felipe II a los reinos de Castilla, León, Galicia y Principado de Asturias."

PARCERISA: Exterior de la Iglesia de San Miguel de Lino.

sábado, 8 de marzo de 2008

SANTA MARÍA DEL NARANCO


"Es todavía temprano cuando me deja pasar la guía a Santa María, en el valle cuelgan velos de niebla, Oviedo yace en lontananza. La construcción es alta; a pesar de los grandes trozos de arenisca, toscos y muy desiguales, con los que se ha construido, da una impresión de elegancia ligera y extrema. ¿Qué clase de reyes eran esos? ¿De dónde sacaban los modelos para sus construcciones? Hace pensar más bien en la decoración de Roma, la ligera gracia de las dos fachadas abiertas se ríe de la oscuridad de la Edad Media, de hecho no conozco ninguna construcción que se parezca a esta."

CEES NOOTEBOOM: "El desvío a Santiago"

“El padre Miguel me había convencido de que, ante lo bello, se responde con el estremecimiento, con el temblor. Y yo, ni temblaba entonces ni temblé nunca más que ante las mujeres, que éstas sí que me sacuden los nervios. Aquella convicción retrasó mi curiosidad y me dejó transitar indiferente por una de las ciudades más hermosas del mundo. Fue el año siguiente, en Oviedo, donde comenzó mi largo, mi sorprendido aprendizaje, si bien aconteciera más tarde mi descubrimiento de que la experiencia de la belleza é cosa mentale. Empecé a comprender la arquitectura: muchas veces entré en aquella catedral blanca y sola para sentirme parte de un espacio interior, limitado, aire y luz hecho forma. Muchas veces también caminé hasta la ladera del Naranco para ver, con sol o con orbillo, incorporado al paisaje, el exterior de Santa María.”

GONZALO TORRENTE BALLESTER: Dafne y ensueños.




miércoles, 5 de marzo de 2008

DUIRET

"¿Dónde estará la tierra de las mezquitas santas y de las tumbas morabitas, la tierra áspera y resplandeciente en la que arde la llama de la fe y en la que fuimos tan felices? ¿Dónde está todo eso? ¿Volveré a verlo algún día?"

"Ahora me doy cuenta, para no equivocarme nunca más, que todo ese encanto que atribuimos a determinadas regiones de la tierra sólo es una añagaza y una ilusión; mientras que la naturaleza que nos rodea responda a nuestro estado anímico, creemos descubrir un esplendor, una belleza especiales... Pero cuando nuestra alma efímera cambia, toda esa naturaleza se viene abajo y se desvanece."

ISABELLE EBERHARDT: "Los diarios de una nómada apasionada"