miércoles, 26 de junio de 2013

SOS DEL REY CATÓLICO


“Al atardecer llego a Sos del Rey Católico, donde pasaré la noche en el parador del Rey Católico. Escenario para un viajero. El coche por un camino vecinal abandonado. La noche en ciernes. El pueblo sobre una colina. El coche abandona el camino vecinal y sube por las estrechas revueltas que conducen al castillo. Abajo, en lo más hondo, la llanura asolada por aguaceros. El hombre en el coche duda si entrar o no. No hay ningún otro coche. Entonces se reprende a sí mismo y deja caer la pesada aldaba contra la alta puerta de madera.”

CEES NOOTEBOOM: El desvío a Santiago.

miércoles, 19 de junio de 2013

SANGÜESA



“Para mí, humilde peregrino de hoy, la visión del portal de Sangüesa me resultó profundamente conmovedora, porque me permitió comprender el significado universal que en aquellos siglos primitivos poseía la peregrinación a Santiago de Compostela. Aquí, a no más de un día de caminar a pie desde la capital real, Jaca (Aymery Picaud incluye Jaca y Sangüesa en el itinerario de un día de viaje), en Sangüesa, que era entonces y es todavía hoy una población pequeña, una simple estación en la ruta de los peregrinos, los constructores y los artistas trashumantes se detuvieron, enriqueciendo el templo a orillas del camino con formas de arte que habían traído no sólo de Moissac y de Chartres, sino de Lombardía e incluso del este de Europa, según podemos ver en pequeños ornamentos, como el pequeño nudo entrelazado, que miss King cree que vino de Constantinopla y del mar Negro. Nosotros, peregrinos modernos, artistas, pintores, arquitectos, vamos caminando a lo largo de la ruta de Santiago, pero nuestros nombres están escritos en agua, mientras estos anónimos albañiles y tallistas de piedra de hace ochocientos años, al detenerse en esta estrecha calle donde hoy me demoro yo, nos dejaron como señal de su paso alguna minúscula figura individualizada u ornamento que ilustra, como un relámpago, el sentido universal de su peregrinación.”

WALTER STARKIE: El Camino de Santiago. Las peregrinaciones al sepulcro de apóstol.




“Que yo mismo crea o no, no importa nada: para el hombre que cinceló esto, que hizo fluir, correr, moverse a esta piedra muerta, era tan claro lo que representaba como son claros para mí hoy las guerras, la peste y los cambios. Éste es todavía un mundo al que pertenezco a través de su comprensión. Las imágenes y las proporciones son casi absurdas por su ingenuidad, toda la representación descansa en un número de figuras que ya son góticas, en contraste con el resto de las figuras estiradas, hieráticas: María Magdalena, Pedro, la madre de Santiago, un terrible Judas colgado. Los condenados a la izquierda de Dios son empujados hacia la perdición ahí arriba, máscaras como las de Ensor y un cordero demasiado grande llenan el espacio, en un lugar de la piedra yace durmiendo un hombrecillo muy pequeño, caballeros con escudos como escarabajos dados la vuelta, figuras geométricas moras, en un segundo se han esfumado veinte años y vuelvo a estar aquí, igual que entonces, mirando fijamente durante una hora como el loco del pueblo, como alguien que quisiera ser invertido, petrificado, enanificado, elevado y sentado entre todo ello, alguien que hubiera estado allí de pie ochocientos años, una escultura en una fachada de un pueblo olvidado de España adonde nunca viene nadie.”

CEES NOOTEBOOM: El desvío a Santiago.

martes, 11 de junio de 2013

LEYRE II


"Tengo que ser riguroso, necesitaría un año para visitar todos los sitios en donde he estado antes, sólo peco de vez en cuando. Durante un momento, como si únicamente quisiera saber si todo sigue aún allí, estoy en la misteriosa y baja cripta del monasterio de Leyre entre sus columnas atávicas, anchas, blancas como la cal, con los motivos visigóticos. Tonterías, para todo esto se necesita mucho tiempo, exactamente igual que para la magia de la iglesia conventual que se alarga a sí misma, mediante un juego de perspectivas, de tres altos arcos colocados unos encima de otros en dirección al ábside, y así parece salir volando. Debería tener una vida paralela, una cantidad de tiempo en la que yo, simultáneamente con este viaje, pudiera volver a hacer una vez más esos viajes anteriores, a Silos, a León, a Oviedo, ahora tengo que destilar ese tiempo en mi recuerdo, pero incluso si éste suministra imágenes no es suficiente, se trata de la presencia, el contacto, la mano que pasa por la piedra, lo imposible, pues lo que quieres no es otra vida sino una vida más larga, una en la que sigas dando vueltas en los mismos círculos de despedida y reencuentro, hasta que un día estés tan lleno y cansado que vayas a tumbarte a un nicho en una de esas iglesias y te duermas en un sueño de piedra."

CEES NOOTEBOOM: El desvío a Santiago.

martes, 4 de junio de 2013

LEYRE I


“Leire es el balcón donde Navarra se mira y Aragón bosteza un adiós, y también ese pórtico de su monasterio donde se despide el sol del ocaso mecido por la liturgia y el gregoriano de sus monjes cantores. Sobre la piedra proteiforme de sus archivoltas, canecillos, columnas y capiteles, que doblegaron los maestros de Jaca y Santiago se ofrece a diario una ceremonia y fiesta de gestos minúsculos y guiños de ojos en donde los personajes del camino se ponen en movimiento al son acordado de la música que conmueve y produce todo el templo, que no es esta exclusivo negocio de los tubos y cañones que hace resoplar el organista sino resultado de los ecos de recitativos y antífonas que han pulido y convertido todo el recinto en una caja de armonía pautada y medida. A veces, aún sin gente presente de la que puede verse, interpreta el templo su propia pieza en un silencio sostenido y tenso, apenas acompañado por el flautín que estremece las pesadas contrapuertas que protegen la nave. Si entrecierra los ojillos el caminante ya muy de atardecida, a la hora de completas y bien de mañana poco antes de laudes, verá cómo descienden deslizándose por la columna del parteluz, y en fila india o de bombero, los inquilinos de este tímpano o teatro de guiñol acordado al ritmo de los salmos que registra el monje organista desde su oscura gruta. Por allí desfilan la serpiente se rosca propagando su autodominio junto al riesgo de orgullo del capitán Kukulkán, los diablos astados y lascivos, el cornudo nigromante mezclando sus redomas, la mujer ventruda y parturienta, un serafín traidor convertido en logismoi, el aliento de la Quimera, la loba famélica y el pecador sedente el practicando la ascesis, los siameses con orejas de ratón predicando la vida comunal, otra serpiente emplumada soñando un continente distinto, el pícolo flautista invitando al amor, el anacoreta más desnudo del siglo, la joven virgen con el pesado cántaro de su virtud a cuestas, un clérigo herético vestido de novia, un muchacho que lleva a otro cargado sobre la espalda, las máscaras diversas y horrísonas que advierten contra la avaricia, la cólera y la deslealtad al camino, los ríos del paraíso sobrevolando un mar de ocas, el buda feliz disfrazado de cigüeña, Sidarta Gautama o el buda de la luz infinita disfrazado de pavo real engullendo el sol del poniente, el gentil tañedor de laúd lamentando su castidad vendida, el arpista impasible anticipando el blues, un morabito haciendo gárgaras o mostrando una nuez descomunal, el joven que acarrea el pecado mortal de su estéril e inevitable melancolía, el perro sicopompo y el rector sodomita transformado en cabeza de gorgona peluda, un perro San Bernardo, un perro Dálmata, un apotegma indescifrable, la fiera con garras de león y cabeza de tucán contemplando la distancia insondable, una fiera innominada e indescriptible, un gato doméstico de color gris, un genocida devorado por el mal de Herodes, el cocinero glotón camino del refectorio, el osezno estoico predicando la disolución de la individualidad, el buitre separado de las pompas del mundo, la tumba del faraón y la campana del miedo, el espejo que ha reflejado el conocimiento supremo, lo fascinante y el desparpajo, el mono gruñón e incontinente, el mono gramático, otro mono, desnudo e iletrado, el mensajero alado que se desploma desde el noveno piso del coro sobre su pata herida y enferma, el tetramorfos, la joven que se arranca los cabellos de su belleza desperdiciada y ahora inútil, un juglar vestido de obispo o de príncipe de pueblos, la idea de un mundo en el que el sexo no fuera placentero y la gente se viera obligada a ayuntar por deber y por no dejar que la especie se extinguiera, la idea del mismo mundo pero en el que la gente dejara que la especie se extinguiera, el elefante Ganesa recibiendo una carta, Ganímedes libre y la alondra de la mañana, la joven más bella de la tierra convertida en una tórtola enjaulada, el Antiguo Testamento y un manuscrito esenio, un boleto de lotería sin premio, una gran bota de vino tinto, Astarté, cinco enanitos y un arlequín, un jabalí invocando la locura y la furia, la boca del infierno y la negra Ker, demonios vestidos de clérigos barbudos junto a ángeles discretos e intensos, mártires voluntarios, suicidas y forzados, profetas del apocalipsis y santones, que todos tienen que decirle algo al peregrino que parte, antes de que el sol se vista de aire, antes de que se retire a la habitación que le han preparado, a su lecho de hojas de palma. Sí, languidece el día, que el de mañana ha de traerle nuevas cantigas al viajero jacobita desde otro crismón, bajo otro pórtico, que sólo los caballeros andantes de la orden del camino participan del lenguaje de monédulas y del canto de aves agoreras, cabezas parlantes y acróbatas imaginarios de la pluma o de la bota.”

JOSÉ TONO MARTÍNEZ: Cantigas de andar.