martes, 15 de enero de 2008

LA CIUDAD


"Dices «Iré a otra tierra, hacia otro mar
y una ciudad mejor con certeza hallaré.
Pues cada esfuerzo mío está aquí condenado,
y muere mi corazón
lo mismo que mis pensamientos en esta desolada languidez.
Donde vuelvo mis ojos sólo veo
las oscuras ruinas de mi vida
y los muchos años que aquí pasé o destruí».

No hallarás otra tierra ni otra mar.
La ciudad irá en ti siempre.
Volverás a las mismas calles. Y en los mismos suburbios llegará tu vejez;
en la misma casa encanecerás.
Pues la ciudad siempre es la misma. Otra no busques
-no hay-,
ni caminos ni barco para ti.
La vida que aquí perdiste
la has destruido en toda la tierra."

KONSTANTINOS KAVAFIS: "La ciudad"


EGON SCHIELE: "Krumau"

16 comentarios:

maría nefeli dijo...

Es el poema más hermoso de Kavafis...un poema, además, que tiene toda la lucidez de la verdad...hermoso post.
saludos

francisco aranguren dijo...

La ciudad de nuestra infancia -las calles que mirábamos desde el balcón, sus sonidos, sus olores- permanece, es cierto. En mi caso, Pamplona, la parte vieja. Olores a tabernas, a tascas. Sonidos del vendedor de lotería en la esquina, del carrillón de la Diputación. Horas de la mañana, de tránsito de gentes haciendo sus compras. Luces a ambos lados de mi calle estrecha y oscura, acceso a la Plaza del Castillo. Eso no es -ciertamente- la ciudad: es algo distinto, inexistente pero tangible, como esa presencia permanente de los muertos.

rubén dijo...

Los dos habéis hablado de ello recientemente. No es casual.

leo dijo...

Hola, Rubén. Mi primer contacto con tu blog es esa fantástica fotografía y un poema de Kavafis a juego con ella: estoy impresionada. Sigo curioseando, con tu permiso.
Saludines.

rubén dijo...

Claro, Leo, gracias y bienvenida.

ana dijo...

Hoy, mientras caminaba hacia el lugar de trabajo miraba los balcones, esa parte elevada de la ciudad que casi nunca se mira.
Veía vidas, hogares prolongados hacia las calles, íntimas ropas, objetos extraños que se amontonan en precipicios urbanos, abigarrados estantes de vida y de hogar en la calle.
La ciudad elevada, subida sobre si.
Un abrazo Rubén.
ana.

Anónimo dijo...

"Y melancólicamente salí al balcón-
salí para distraer mis pensamientos
mirando un poco la ciudad que amo,
un poco del bullicio de sus calles
y sus tiendas"

de "Al atardecer"

Tu foto me sugirió esto inmediatamente.

ema déborah finzi dijo...

Rubén: la ciudad (vos con tu mirada), Kavafis, Egon Schiele y Van Morrison... Sin duda una miscelánea muy proteica...
abrazos,
e

Anónimo dijo...

Precioso dibujo de Schiele. La forma de las casas es como la de sus mujeres. Forever Van...

rubén dijo...

Sí, Ana, algunas mañanas las calles amanecen muy pobladas de balcones.

Noesposible: ese también es muy hermoso. "De cualquier forma aquellas cosas no hubieran durado mucho..."

Ema: con buenos ingredientes, el guiso tiene que salir bien.

Claude: ya sabía yo que te iba a gustar On Hyndford Street.

samsa777 dijo...

Veo que en este tiempo todo ha seguido igual de hermoso en este rincón... Me encanta tu remanso de paz.


Un abrazo

Javier Luján dijo...

Lo que somos lo llevamos dentro de nosotros, sólo puede variar el escenario.
Un saludo, Rubén.

rubén dijo...

Me alegro de tu vuelta, Francisco.

Javier, sin duda es así.

conde-duque dijo...

Preciosa foto.
"La ciudad irá en ti siempre". Kavafis da en el clavo.

Anónimo dijo...

El texto de Kavafis se utiliza con frecuencia en el debate urbano. No deja de ser una definición de un tipo de paisaje, cuando se entiende éste como la percepción que el hombre tiene del territorio, así como la impronta social y cultural del hombre, que hace ciudad. En mi blog es una de las entradas que junto con L. Durrel no puedo hacer, pues no conozco Alejandría. Sin embargo esa idea de que la ciudad que llevamos dentro, que podría entenderse como "todas las ciudades son la misma" para nuestra percepción, abre muchas puertas...

mentecato dijo...

Tengo dos volúmenes con poemas de Kavafis. Es, en verdad, un extraordinario poeta.

Tu eres el artesano mágico que nos lo recuerda.

Un abrazo.