lunes, 1 de noviembre de 2010

PUERTO DE SANTA MARÍA I


"Sin cenar apenas, me acosté, durmiéndome en seguida, cruzado el sueño de azoteas azules, que ella saltaba alegremente, perseguida por mí y los ladridos de su perro, entre la algarabía de todo el barrio, encaramado hasta en la punta de las veletas. Pero a ninguno de los tres nos importaba. Sin Treviño, que jamás supe por qué rincón del sueño se había extraviado, seguíamos corriendo, a caballo sobre los pretiles, más lejos cada vez de los que nos gritaban, desvaneciéndonos al fin por la penumbra fresca de aquella manzana con chimeneas que se iba hacia el mar..."

RAFAEL ALBERTI: La arboleda perdida.

2 comentarios:

Elvira dijo...

¡Fantástica! Sabes encontrar la belleza en cualquier rincón (o esquina, en este caso).

Un beso

Amparo dijo...

Geométrica.
Esta vez no hay música, aunque las palabras de Alberti la llevan implícita.