lunes, 15 de agosto de 2011

OLLEROS DE PISUERGA


“En Olleros de Pisuerga visitas el primer ejemplo de esa plasticidad, la ermita rupestre de los Santos Justo y Pastor, eremitorio íntegramente excavado en la arenisca siguiendo la forma del más puro románico. Te sorprende su condición de soterrada y también sus dimensiones: dos naves, tres capillas, sacristía, coro, baptisterio y púlpito. Las columnas nada sostienen, son arenisca sin excavar pero esculpida a imagen y semejanza. Inverosímil cueva, bien podría utilizarse de molde.”

RAÚL GUERRA GARRIDO: Castilla en canal.













10 comentarios:

Odel dijo...

Qué hermita mas rústica ya bonita,las fotos son preciosas

Teresa Giménez Pous dijo...

Que tendran tus fotos, que nada más verlas me entran ganas de visitar el lugar. No sé como te lo haces pero las fotos son inmejorables y los sitios que escoges únicos. Eres un gran artista. Saludos.

rubén dijo...

Mil gracias.

Amparo dijo...

La arenisca casi al tacto, desgranándose. Preciosas fotos.

Lyn dijo...

Qué lugares más preciosos!, y tus fotos son impecables. Vivencias y apreciaciones de un viajero, excelente. ¡Has visto que con el nuevo editor podés poner las fotos más grandes? Sería lindo verlas más grandes, solo una sugerencia
Saludos

rubén dijo...

Hace tiempo me lo planteé, antes del nuevo editor, pero lo que hice fue abrir otro blog (que hoy tengo un poco olvidado):

http://traselespejoquehuye.blogspot.com/

Este lo dejé así, uno poco por no restar protagonismo a los textos. Gracias por tu opinión, cualquier día cambio de parecer y lo hago. El tuyo, tan distinto, me encanta.

DIARIOS DE RAYUELA dijo...

Es siempre un placer disfrutar de tus fotos, de tus viajes y de la elección de los textos con que se acompañan. En esa iglesia estuvo uno hace tiempo y sobre ella esribió también lo que sigue:

"Nos acercamos luego a Olleros, situado en el camino que lleva desde Aguilar a Herrera de Pisuerga. Íbamos a ver su iglesia rupestre, que está más allá de las últimas casas del pueblo. La enseña una muy dispuesta lugareña que tiene un celo especial en situar a todo el que llega en cada uno de los ángulos del templo, de modo que se puedan apreciar así todas las perspectivas posibles. No cabe duda de que es una iglesia singular, un escondido oratorio del que poco puede saberse sin penetrarle las entrañas, pues al exterior sólo se anuncia por una leve espadaña que se eleva sobre la vertical de la puerta de acceso. Todo lo demás está hurgado en la roca. Se dice que es éste el mejor ejemplo de eremitismo rupestre de nuestro país. Que se comenzó a construir hacia los siglos X u XI, supuestamente por mozárabes que huyendo del Islam llegaron a la zona y se procuraron un lugar para la oración, justamente el hueco que hoy es la sacristía. Posteriormente, quizás a finales del XII, se fue arañando más espacio a la piedra, rebajándola hasta que se habilitaron dos naves y la cabecera de una tercera. Sobrecoge tanto el trabajo que se intuye requirió la empresa como la gélida temperatura del interior. Las naves simulan incluso cerrarse en bóveda apuntada, y ni tan siquiera falta el detalle del labrado de los arcos fajones. Fuera del templo, pero en la propia roca en que está excavado y alrededor de otras pequeñas celdas que quizás dieron también cobijo a otros ermitaños, pueden aún reconocerse unos cuantos sepulcros antropomorfos. Al salir nos acompañó la guía. Andaba alegre y dicharachera, y no casualmente, sino por lo que intuyo era su natural carácter. Nos confesó que era feliz cuidando del templo, enseñándolo a quien hasta allí se acerca, y aun cuando la visita no llegara en el horario reglamentado. Y como ejemplo, nos relató que unos días atrás, habiendo cerrado ya las puertas casi una hora antes y estando a punto de cenar con la familia, se acercaron a buscarla unos visitantes que habían ido hasta el pueblo desde lejos sólo por ver el templo. Quedó con ellos a los postres. Cuando se encontraron de nuevo, era ya noche cerrada. Hacía mucho frío pero estaba el cielo despejado y lleno de estrellas. Les situó, uno por uno, en cada esquina de la iglesia. Aguardó a que la vieran toda y sin prisa alguna. Y luego, encantados ellos de haberla por fin visitado y ella de haberles cumplido el deseo, se quedaron todos juntos en el atrio oyendo cantar a grillos y croar a ranas y señalando, según su entender, las constelaciones. Eso al menos nos contó y era de suponer que fuera verdad pues disfrutaba del recuerdo casi tanto como debió de hacerlo de la noche y la compaña que en ella hubo."

Fue una experiencia muy gratificante acercarse a Olleros, conocer a la guía del lugar y poder contarlo, aunque fuera torpemente, en los renglones de mis diarios.

Un cordial saludo.

DIARIOS DE RAYUELA dijo...

Son siempre un placer tus fotos, el itinerario de tus viajes y los textos elegidos para cada entrada. Al hilo de lo que a propósito de Olleros aquí se expone, recordó uno que estuvo por esa iglesia hace tiempo y que algo escribió de la visita entonces (http://diariosderayuela.blogspot.com/2007/04/olleros-del-pisuerga.html).
En todo caso, un cordial saludo y mil gracias por compartir tan bellas imágenes y tan bien traidas palabras.

rubén dijo...

Preciosa crónica, dice mucho más que las palabras de Raúl Guerra Garrido. No conocía o no recordaba la entrada. Perdón por la tardanza en contestar los comentarios; como estoy de vacaciones, no encuentro un rato libre.

paisajescritos dijo...

Me has hecho recordar un viaje de hace muchos años, en los que la cámara que llevaba me impidió traer un recuerdo en imagen. Espectacular el sitio...pude visitarlo en el 99, hubo un intento anterior... Tus fotos vienen a llenar ese hueco en mi álbum, y de mejor forma, no lo dudes.