domingo, 7 de agosto de 2011

CERVATOS


“Camino por los campos mismos que pisaran las legiones de Octavio César en sus luchas con los cántabros. El viento es frío y la tarde nublada, como el alma. En vano quiero alejar de mi espíritu una gran tristeza. Sé que hay en Cervatos una obra de arte, y voy allá como se va a un faro.”

EUGENIO NOEL: Diario íntimo. La novela de la vida de un hombre.


“Las características de esta iglesia en el exterior es el predominio de las representaciones lúbricas y fálicas. En muchas iglesias de esta época se advierte la delectación de los autores en representar alucinaciones sexuales; pero aquí, en Cervatos, en un país frío y triste, es cosa extraña.”

PÍO BAROJA: Desde la última vuelta del camino.


“Cervatos remite a liturgias orientales donde a modo de metáfora la ascesis del amor trasciende el carnal a sagrado, en donde la penetración origina la vida y la vida da paso al hombre nuevo. Los hombres itifálicos emergen de la piedra exhibiendo su desmesura como un tótem redentor. Tendría gracia que sólo fuera un desahogo de los maestros.”

RAÚL GUERRA GARRIDO: Castilla en canal.


“Las esculturas del ábside, así como las de los canecillos exteriores, son de un realismo vivo y de una labra delicada, con un desenfado en los motivos eróticos que causa sorpresa. La iglesia está muy bien conservada y es muy significativa, porque parece estar a la cabeza de todo un grupo del estilo que se extiende por el campo palentino y por el Norte de la provincia de Burgos.”

DIONISIO RIDRUEJO: Castilla la Vieja.


“Una vez visto el interior y al amparo de un paraguas que el taxista recordó llevar en la trasera, me dediqué a contemplar, entre incontenibles carcajadas, los canecillos de la cornisa y los capiteles de una ventana contigua a la hermosa puerta. En la vida había visto cosa más chusca y desenfadada ni en más perfecto estado de conservación, al cabo de ocho siglos, sin la menor huella de esas pedradas que suelen recibir las obras escultóricas puestas al alcance de los transeúntes.”

RAMÓN CARNICER: Gracia y desgracias de Castilla la Vieja.


“La respuesta de nuestra sensibilidad moderna a estas piedras lúbricas es torpe e indecisa. Sin duda ya no es tan sostenible hoy, como lo era en años pasados bajo la influencia de las ideas de Sir George Frazer o de Richard Payne, hablar simplemente de la supervivencia en la Europa cristiana del culto a los poderes genesíacos de la naturaleza, representados en los órganos sexuales. Cualquiera que haya sido esa supervivencia en el mundo rural sobre todo –los pagos, habitados por «pagani»– y pese a la prisa en la cristianización de ese mundo que asumió muchas de esas viejas costumbres y liturgias a la vez que los dioses y diosas transformándolos simplemente en vírgenes o santos, de lo que no cabe duda es de que al mirar estas piedras nos estamos enfrentando con el románico y, por lo tanto, no debemos olvidar que estas piedras lúbricas también son teología.”

JOSÉ JIMÉNEZ LOZANO: Guía espiritual de Castilla.







1 comentario:

Teresa Giménez Pous dijo...

Un documental muy interesante y de las fotos, ya no se ni que decir, PRECIOSAS.