domingo, 20 de julio de 2014

OUTEIRO SECO


"Antes de entrar en Chaves, el viajero va a Outeiro Seco, unos tres kilómetros al norte. Allí, a la entrada de la población, está la iglesia de Nossa Senhora de Azinheira, pieza románica del siglo XIII, célebre, en muchas leguas a la redonda, no tanto por sus merecimientos arquitectónicos, o tal vez algo por eso, pero sobre todo por escogerla para matrimonios y bautizos las clases altas de la región. Van hasta allí desde Vila Real, desde Guimarães, y hasta de Porto. Por la noche, cuando las piedras pueden hablar sin testigos, debe de haber grandes conversas entre ellas, quién estaba, quién se casó o quién salió bautizado, cómo iba vestida la novia, y si la madre de ella lloraba con la conmoción natural de las madres que ven salir a las hijas de su regazo, hoy mucho menos protector que antiguamente."


"Estaba el viajero en este su filosofar barato, y oía distraído el resto de las explicaciones que le daba la mujer de la llave, desencantada de su casa doscientos metros más allá, cuando de la parte de atrás de la iglesia se levantó un alto llanto, de mujer también, un gemido lacerante, como si de sí mismo se quejase. El viajero se estremeció, y jura que se estremecieron en las paredes las figuras de los frescos. Miró sorprendido a la mujer de la llave, y más sorprendido aún quedó al verla con una sonrisa de burla nada propia de aquel lugar y situación. <<¿Qué es esto?>>, preguntó. Y la mujer de la llave respondió: <<¡Ah! No es nada. Es una mujer a quien se le murió la hija y viene todos los días a llorar al cementerio. Una exagerada. Y cuando ve a alguien cerca, es cuando grita más>>."

JOSÉ SARAMAGO: Viaje a Portugal

4 comentarios:

samsa777 dijo...

Fabulosa estampa de otro de mis lugares pendientes. ¡Gracias por traerlo!

Luz dijo...

Magnífico post, tanto por la calidad de las imágenes como por la elección de los textos. Una combinación perfecta. Enhorabuena por el blog, es maravilloso VER en todos los sentidos la literatura. GRACIAS.

rubén dijo...

Gracias a vosotros. Un abrazo

Amparo dijo...

Qué palo para el viajero; uno va a los cementerios de turista también, y no espera encontrar tristeza alguna. A mi me encantan los del norte. El de tu foto tiene una genial perspectiva.
Saludos