lunes, 14 de febrero de 2011

LANZAROTE IV


“No eran grutas antaño habitadas y marcadas por los indios; no eran excavaciones industriales que obedecían a dibujos previos y a la eficacia ilimitada de las máquinas; no era el residuo de una laboriosa diversión de veraneantes desocupados y fabriles: era una casa, la breve utopía de un arquitecto que consideraba toda la naturaleza como un solo ser vivo, le hablaba a los árboles y conocía sus nombres, y sostenía que había piedras con triángulos perfectos que nadie había trazado, otras que podían crecer y, si la noche era lunada y calma, hasta soñar.

Decidió vivir bajo los arrecifes, escuchando por el día el rumor de la marea y, por la noche, hundido en sus estratos, el casi imperceptible de la Tierra que gira, o el del origen, el eco de la explosión inicial.

Por entonces otro arquitecto había concebido una casa transparente y vasta, que se desplegaba sobre una cascada, sin destruir las piedras ni los árboles, y en la que siempre se oía el murmullo del agua al caer. Aprovechando un jameo, como llamaban en la región al cráter de un volcán apagado, él construyó, excavadas en el mineral mismo, tres salas superpuestas y circulares, que agrandaban sus radios hacia lo alto, como una torre vaciada en el granito; también, con iguales proporciones, una escalera de caracol.”

SEVERO SARDUY: Pájaros de la playa.


YANNI: One man's dream

4 comentarios:

guillo dijo...

me gusto tu blog muy bueno felicitaciones guillo

rubén dijo...

Muchas gracias, guillo. Un saludo.

Amparo dijo...

Bueno, voy a decir que la música me ha traído a esos pájaros en la playa que debe contemplar ese muro, tan blanco, tan cercado por las espinosas plantas.
Y ya.

Teresa Giménez Pous dijo...

Pura poesia