martes, 1 de febrero de 2011

LANZAROTE I


"No debiste venir aquí. Esta isla no existe. Es un espejismo de los desiertos africanos. Es una balsa de piedra desprendida de España. Es un volcán que se olvidó de irrumpir en México. Vas a creer lo que ves y cuando te vayas te darás cuenta de que nada está allí. Vas a acercarte en el vapor a una fortaleza negra que surge del Atlántico como un fantasma lejano de Europa. Lanzarote es la nave de piedra anclada precariamente frente a las arenas de África; pero la piedra de la isla es más ardiente que el sol del desierto.


Todo lo que ves es falso, es el cataclismo nuestro de cada día, sucedió anoche, no ha tenido tiempo de hacerse historia, y va a desaparecer en cualquier momento, como llegó, de la noche a la mañana. Miras las montañas de fuego que dominan el paisaje y recuerdas que hace apenas dos siglos no existían. Las cumbres más altas y fuertes de la isla acaban de nacer y nacieron destruyendo, sepultaron en lava ardiente las humildes viñas, y apenas se calmó la primera erupción, hace cien años, otra vez, el volcán volvió a bostezar y con su hálito quemó todas las plantas y cubrió todos los techos.



No debiste venir aquí. ¿Qué te trajo de nuevo hasta mí? Nada de esto es cierto. ¿Cómo van a caber dentro de un cráter debajo del mar una cordillera de arena y un lago de un azul más fuerte que el del mar y el del cielo? Qué ganas de darte cita allá abajo de las olas, donde tú y yo nos volvamos a ver como dos espectros del mar océano que siempre debió separarnos. ¿Vamos a reunirnos ahora tú y yo en una isla trémula donde el fuego está enterrado en vida?"

CARLOS FUENTES: Los años con Laura Díaz.


GYORGY LIGETI: Atmospheres

4 comentarios:

Amparo dijo...

Me encanta Lanzarote y su solemnidad lunar. Las palabras de Carlos Fuentes son perfectas para tanto misterio. Tus fotos, cristal incluído, también. Y la música, no digo nada.
El señor que hacía la magia de las piedras ardiendo nos dijo que nos regalaba las que pudiéramos aguantar en las manos. Por supuesto, me llevé un puñado y aquí están, meteoritos del vientre de la tierra.
Me he pasado.
Saludos.

rubén dijo...

Vaya, así que eres un poco faquir.

Anaís dijo...

Yo también me declaro una enamorada de esta "nave de piedra anclada precariamente frente a las arenas de África". Timanfaya..., qué decir, un capricho geológico, una verdadera atracción para la vista. Yo creo que Lanzarote provoca adicción: ¿quién no tiene ganas de volver a visitarla y pasear la mirada por sus montañas de fuego?

Saludos.

Odel dijo...

Preciosas imagenes, y muy bien acompañadas por el texto,siempre me ha sorprendido lo bien que sabes escoger y combinar las dos cosas.