“Desde el mar, Cádiz parece una ciudad de perfil bizantino, una ciudad un poco sumergida, espejeante de cúpulas y minaretes, con un cielo superpoblado de gaviotas, antenas, jarcias y otros efectos navales. A medida que uno se acerca, el color de plata difusa se va enriqueciendo con el malva y el amarillo. No hay tejados, sólo hay pretiles, azoteas que se comunican entre sí formando como otra ciudad aérea por donde una luz absolutamente clásica unifica la tonalidad del agua y del cielo.”
JOSE MANUEL CABALLERO BONALD: De la sierra a la mar de Cádiz.
PACO DE LUCÍA: Entre dos aguas.