COGIENDO MORAS EN POO DE LLANES
Era todo un ritual
la recogida de moras;
escoger las más maduras
-un negro presagio.
Y había siempre una voz
que avisaba a las manos infantiles:
No cojáis las que crecen
al lado de la carretera.
Los rostros más dulces del amor
me han recordado siempre
a la misma niña que busca la forma de las nubes
con la boca sucia de moras.
Esas moras son para mí la cifra de la infancia,
que es el verano inconsciente de la vida.
Cuando no hemos salido apenas al mundo
todo es sorpresa y descubrimiento y nada duele.
Hace tiempo que no cojo moras
en los caminos ni al lado de la carretera.
Han desaparecido las frutas,
y cuanto nos rodea no son sino arbustos.
Martín López-Vega
Martín López-Vega
5 comentarios:
Ahora mismo estoy muy cerca: Gijón. Buen tiempo, verde y azul.
Hermosos lugares y playas casi como ninguna en torno a Llanes.
Recuerdo que muchos tenemos el de las moras, no mal descrito por M. López Vega.
Un abrazo.
Diversos modos de cerrar caminos. Me gustó ese poema cuando lo leí, y me hizo gracia por una coincidencia.
Saludos
Ayer comí las primeras moras de la temporada. Les faltaban unos días.
Lo especial es recogerlas, caminar por sus veredas.
Yo estuve hace unos días en La Molina cogiendo frambuesas y alguna que otra mora (diferentes lugares, mismos usos: ¡esos jergones que ejercen de vallas y que se encuentran en todos los caminos del mundo...!)
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