"Pues bien, con las violetas no ocurre nada de esto. Ni siquiera necesitan como aquellas osamentas humanas que tapizan ciertos cementerios monásticos, así en Palermo y también en la Evora lusa (donde, a la puerta los huesos le dicen amablemente al visitante por medio de un rótulo:
«Nos, ossos que aquí estamos,
A vos ossos esperamos»),
del empleo decorativo de las diferencias de matiz, diferencias que reúnen, en una de las paredes de Évora, todas las tibias, y en otra, todas las pelvis, con más algún ameno capitonado de cóxis: con las viotetas, mientras más perfecta es la monocromía, mejor. No hay por qué mezclar, con violetas de las Cuatro Estaciones, o con albifloras, violetas de Parma."
EUGENIO D'ORS: Último glosario.